La búsqueda del equilibrio, a través de la Innovación Social.

La búsqueda del equilibrio, a través de la Innovación Social.

Múltiples e importantes acontecimientos de distinta índole y niveles de impacto se han producido en lo poco que llevamos siendo parte de nuestro planeta. Sucesos que en muchos casos han sido producidos por nuestro propio actuar como es el caso de los descubrimientos científicos, el crecimiento de la industria en el último siglo o los avances tecnológicos a pasos agigantados de las últimas décadas y que si bien, para algunos han resultado bastante beneficiosos, para otra parte importante de la sociedad no lo han sido en ninguno de los casos. Sólo por dar un ejemplo de esto, en el año 2008 el planeta tuvo la mayor cosecha de la historia, suceso a simple vista beneficioso para todas las partes. Sin embargo, dicho año murieron 5 millones de niños por hambre. Y es que como indicaba el Nobel de Economía  de 1988, Amartya Sen, en la sesión de apertura de la Conferencia de la FAO realizada el 2013: “Si el mundo quiere derrotar al hambre, deberá enfrentarse a todas sus causas de forma simultánea, en particular la pobreza, y no sólo concentrarse en producir más alimentos.” Sucesos como estos, en los cuales los niveles de desigualdad presentes en nuestra sociedad resultan evidentes, son a los que una ya no tan nueva forma de innovar busca dar solución, aquella que es conocida como la Innovación Social. Es entonces como a través de la innovación social, personas de diferentes partes del mundo, de alguna u otra manera, están en la búsqueda de alcanzar el equilibrio necesario para que las diversas partes de la sociedad convivan de manera armoniosa, repeliendo las desigualdades y la exclusión presente en el día de hoy.

  De esta manera, a través de estos “héroes sociales”, es como han surgido ideas innovadoras tales como Algramo. Empresa fundada por dos chilenos, José Manuel Moller y Salvador Achondo, quienes se propusieron terminar con el “impuesto a la pobreza” luego de haberse mudado a una de las comunas más vulnerables de nuestro país y constatar que uno de los problemas que presentaban las familias de bajos recursos era que al comprar en pequeñas cantidades de productos básicos en almacenes de barrio, terminaban pagando hasta 40% más que al comprar en supermercados por volúmenes más altos. Atendiendo a esto, fue que juntos diseñaron un sistema de máquinas dispensadoras y envases retornables para vender los productos básicos a granel, funcionando ya en varias comunas de nuestro país y con vías de expansión al extranjero. Cabe destacar además que Algramo no es sólo una empresa social, sino que además cuenta con la certificación de Empresa B, esto quiere decir que genera un triple impacto de carácter social, económico y medioambiental. Social, porque reducen el costo de las familias; medioambiental porque disminuyen la huella de carbono al no utilizar más plástico; y económico, porque es una empresa que busca ser sustentable y al mismo tiempo entregar un muy buen margen de ganancia al almacenero. Teniendo como meta el generar impacto social, y dejando atrás la idea que una empresa está constituida sólo para maximizar utilidades. Lo cual además, corresponde a lo que buscan las diversas empresas B presentes en nuestro país y alrededor del mundo. Es decir, priorizar la solución de problemas sociales o ambientales, sin dejar atrás la generación de beneficios económicos.

De esta manera, podemos observar que si bien nuestra sociedad ha llevado a que se produzcan situaciones de desigualdad o exclusión, las cuales lamentablemente han aumentado este último tiempo. También existen aquellos que no se quedan quietos ante esta situación y deciden actuar, por un bien para la sociedad en la cual están inmersos, por las futuras generaciones, y por restituir el equilibrio que nuestra sociedad ha perdido. Aquellos que le hacen un bien al mundo a través de la, ahora bien conocida, innovación social.