Empatía en las empresas: un nuevo orden que se comerá el mundo
“Les vengo a hablar de empatía, la cual significa sintonizar con el estado del alma de alguien”, comenzó diciendo Josefa Monge, co-fundadora y Directora de Cumplo, en el XXVII Congreso Chileno de Marketing de ICARE. Desde ahí, desarrolló el valor de la empatía en las empresas.
Descarga la PPT de Monge aquí
Empatía en las empresas: el corazón
“Si queremos construir marcas empáticas necesitamos empresas empáticas. Para eso, tenemos que contar con personas y colaboradores empáticos. La empatía es un músculo, por lo que la podemos fortalecer o atrofiar. Cada vez que no soy empático lo que hago es estrechar los límites de la comunidad y con eso tenemos exclusión”, afirmó Monge enmarcando su exposición en la empatía en las empresas.
“¿Cómo me interpela el uso de la empatía en la empresa? Al final crea ética y sentido de misión”, enfatizó la también directora de Sistema B.
“Desde la empatía y el propósito, la empresa va a crecer más que cualquier otra” — Josefa Monge, co-fundadora y Directora de Cumplo
Esto es con llorar: empatía en las empresas
La vida es con llorar. “No me vengan a decir que los negocios son sin llorar, la vida es con llorar. No nos podemos quedar solo en las lágrimas. O te haces el tonto o te haces cargo. Es por eso que creamos Cumplo”.
Propósito y empatía. “En Cumplo nadie gana si una persona se atrasa en su crédito. En Cumplo cuando un crédito se paga hay fiesta. Los círculos virtuosos sí funcionan, la empatía funciona. Así como Cumplo, muchas otras empresas B están ampliando su propósito”.
“Detrás de nosotros viene una camada de emprendedores con ganas de comerse el mundo, que quieren ser la misma persona en el trabajo y en la casa, que se los van a comer con zapatos” — Josefa Monge, co-fundadora y Directora de Cumplo
Empatía y trabajadores
“Desde la empatía y el propósito, la empresa va a crecer más que cualquier otra. Sus trabajadores van a adquirir un sentido de misión que se va a producir en un mejor marketing. Ustedes van a empatizar con personas”.
No son Días Extraños. “¿Qué tiene de extraño querer recuperar mi vida familiar que estaba capturada por el trabajo? ¿Qué tiene de raro querer trabajar en algo que nos emocione? La vida laboral y familiar nunca debieron disociarse. Hablemos de lo obvio”.